jueves, 30 de julio de 2015

El elefante dormido

Hay veces que cuando escribo no sé si va a gustar lo que estoy plasmando sobre el papel. Por supuesto, es imposible saber si lo que quieres compartir va a despertar el interés de los lectores. Yo escribo porque me siento mejor, porque se ha convertido en una necesidad y una forma de vida. Sino escribo se me nota en el humor y hasta me cambia el carácter.

Estas semanas están siendo un torbellino de emociones y nervios. Cuando me lancé a participar en The Edgar Allan Poets jamás pensé que llegaría tan lejos. Y hoy vengo con la increíble noticia de ser la primera finalista del concurso.
Después de siete semanas en las que he podido escribir desarrollando mi imaginación y mis escritos mucho más que de costumbre, solo puedo daros las gracias por estar ahí dándome vuestro apoyo!! No sabía si lo que escribía iba a gustar, si los seguidores del concurso me iban a votar, si iba pasar de la primera semana... Y después de este tiempo me siento muy feliz y orgullosa de poder decir que soy una de las finalistas.

Cuando escribes y te dicen que se nota que escribes desde dentro y que lo que dices llega al corazón sientes la mayor satisfacción del mundo. Es verdad que no todo lo que escribo tiene la misma fuerza, porque para mí, que soy muy sentimental y sensible, me influye el estado de ánimo a la hora de escribir. Tengo la suerte de captar y absorber cada detalle que me rodea y todo me sirve de inspiración. (Estoy escribiendo un relato que me muero por compartir con vosotros!)  

Hace unos días, paseando por Madrid y mirando hacia arriba como de costumbre, vi una nube que me encantó. Tenía forma de elefante (o eso me pareció a mí y a mi vena poética), pero no un elefante cualquiera, sino de un elefante dormido. Y de ahí surgió la poesía que esta semana ya podéis votar aquí en la primera parte de la final de The Edgar Allan Poets.

No dejo de recibir comentarios maravillosos sobre esta poesía y por eso hoy quería compartirla aquí con vosotros, mis queridos Nómadas, y dejaros también el vídeo que he hecho para el concurso. Me encanta que seáis capaces de sentir cuando un escrito es especial para mí también. Porque no sé cómo lo hacéis pero a través de las letras os llega esa magia guardada tras ellas.

Justo en una semana finalizará esta maravilla que me ha hecho un poco más feliz y que ha demostrado, una vez más, que somos muchos los que disfrutamos al máximo este mundo tan maravilloso de letras y que somos muchos los que tenemos algo que escribir para compartirlo con todo aquel que quiera leer.

Gracias siempre a Fernando de la Calle por haber hecho posible que esto exista y enhorabuena a mis compañeros participantes. Desde el primero que dejó el concurso hasta el último que lo ha hecho esta semana. Sois todos grandísimos artistas y ha sido un placer vivir esta primera edición de The Edgar Allan Poets con vosotros.

Casi rozando las vacaciones con la punta de los dedos y con el verano brillando en los ojos os dejo esta semana con mi Elefante Dormido, para que saboreéis (y escuchéis) cada letra estéis donde estéis. Yo aprovecho estos días antes de las vacaciones para dar paseos nocturnos por rinconcitos únicos de Madrid.

Espero que paséis un maravilloso fin de semana y que disfrutéis al máximo cada segundo del verano y de vuestras vacaciones. Agosto está a la vuelta de la esquina y estoy deseando aprovechar todo lo que viene por delante!! B[v]E[r]SOS y abrazos a todos... Let´s  imagine...!!


EL ELEFANTE DORMIDO

Súbete al tejado de mis emociones
y hazte hueco,
que seguimos siendo nosotros
y desde aquí se ven mejor los sentimientos.

Quédate.
Que te voy a enseñar todos los colores
que puede tener un día. 
Ya verás.
A nuestro lado el arco iris
se va a quedar en blanco y negro.

Asómate al balcón de mis ojos y lánzate,
que tras mis retinas se esconde un mundo de ilusiones.
Y las dudas solo traen interrogantes
que no llevan a ninguna parte.

Sé que Madrid puede tener las ganas que nosotros queramos
y desde aquí todo brilla, se ve más claro.
Y claro, yo me pierdo deambulando por mis tejados,
que ahora también son tuyos.
Y ya no quiero bajarme de este cielo.

Porque los paseos nocturnos 
entre nubes y estrellas
se han convertido en el mejor de mis sueños
y ya no quiero dormir si no es soñando.

Y qué bonito seguir soñando,
como antes, como siempre...
Así, buscando formas sin sentido,
para darle sentido a todo.
Como hoy, que he visto
un elefante dormido 
y al decírtelo, te has reído,
porque tú también lo has visto.
Y tu risa lo ha despertado
y nos ha hecho un guiño.

Porque sabe que seguimos siendo nosotros
y que aunque andemos por tejados separados,
nuestro hogar seguirá siendo donde estemos...
Siempre, el uno con el otro. 



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