viernes, 26 de febrero de 2016

La quinta de los Molinos

Hay veces que hay que darle un giro a la vida. Casi a diario se puede escuchar por cualquier sitio o de cualquier boca la frase "renovarse o morir" y estoy de acuerdo con ello. Nosotros mismos somos los responsables de poder reinventarnos o, por el contrario, caer en una rutina que puede cansarnos y aburrirnos.

A mí siempre me ha gustado innovar y probar cosas nuevas. Descubrir lugares diferentes y conocer distintas sensaciones que me recuerden lo maravilloso que es no estancarse y seguir avanzando en el camino.

Después de la semana de celebración por aquí, quería continuar con algo nuevo. Con diferentes secciones que espero que os gusten. Como ya sabéis si algo me caracteriza es mi espíritu Nómada. Estar de un sitio a otro buscando lugares que se ganen un rincón en mi carpeta del recuerdo. Por ello he querido que una de estas nuevas secciones sea dedicada a mis Pasos Nómadas

Me apetece mucho compartir con vosotros, mis queridos Nómadas, todos esos sitios que me hacen sonreír y que me inspiran a la hora de escribir. Poder enseñaros esas localizaciones que se ocultan entre mis letras para que también vosotros seáis parte de ellos. Gracias a la literatura podemos imaginar y soñar con ciudades o rincones que no hemos visto y que, quizá, no veremos nunca. Así que no se me ocurría una idea mejor que mostraros esos puntos del mundo que son especiales para mí. ¿Os subís al tren? ¡¡Espero que sí!!

Estamos en la recta final de mi mes favorito... Febrero es el mes en el cual celebro la vida, en el cual nació Nómadas en la noche, en el cual el amor es un poco más protagonista, en el que el frío y las flores se juntan en el camino para hacernos los días más llevaderos. Y ahí es donde se sitúan mis primeros Pasos Nómadas.

En mi tierra, por estas fechas los campos se llenan de flores y es algo que siempre he vivido de cerca. Mis yayos tenían un campo a las afueras de Elche con bancales llenos de almendros. Cuando estos florecían todo el campo adquiría un olor dulce que con solo cerrar los ojos puedo recordar. A mi hermana, a mi prima y a mí nos encantaba pasearnos y jugar entre los almendros. Qué recuerdos tan bonitos tengo de aquellos días... Pero el campo de mis yayos no es la localización que hoy tengo preparada para vosotros.
Cuando llegué a Madrid me enteré que había unos jardines que fueron diseñados por un hombre alicantino. El duque de Torre Arias le regaló estos jardines al profesor Cesar Cort Botí en los años 20 y este hizo un parque de estilo mediterráneo con el fin de tener un trocito de su tierra en la capital. Cuando murió, quedó abandonado. Para nuestra suerte, a principios de los 80 parte de los jardines fueron cedidos al ayuntamiento de Madrid, y entonces se rehabilitaron.
Estoy hablando de La quinta de los Molinos. Y si aun no habéis estado no os lo podéis perder :))

Visitar este parque en cualquier época del año ya es una maravilla... Pero si vais por estas fechas la excursión es una auténtica delicia. Miles de historias pasan por mi cabeza paseando por allí. Me encanta dejar llevar la imaginación y crear escenas que podían haber sucedido (o quizá sucedieron) hace años atrás... Visita totalmente recomendada y (casi) obligatoria para los amantes de la naturaleza, la primavera y los rincones que te hacen perderte y desconectar en la cuidad. Un lugar tranquilo y perfecto para pasear, ir de pic-nic, o leer un buen libro bajo la sombra de los almendros.

Os dejo unas cuantas fotos que pude hacer el fin de semana pasado de este lugar que se ha convertido en uno de mis favoritos de Madrid... Y algunos versos nómadas acompañándolas. Espero que disfrutéis de estos pas(e)os conmigo y, sobre todo, que os gusten! Empiezo esta nueva etapa en Nómadas en la noche con mucha ilusión y con un montón de ideas que os hagan sonreír :))

Que paséis un feliz viernes y un estupendo fin de semana... Besos y abrazos infinitos cargados de flores en febrero... Let´s imagine!!


Me dejé llevar por la corriente de tus vientos,
Un aroma dulce, que me hizo girar la veleta del recuerdo.
Era un buen comienzo. Continuar en puntos suspensivos
aquel punto y aparte, que en algún momento dimos por perdido.


viernes, 19 de febrero de 2016

Segundo aniversario. Parte II

Hay veces que me pongo a pensar en todo lo bueno que me han dado las letras hasta ahora. Escribir ha resultado ser  un remedio contra todos los males. Cada día me siento mejor escribiendo y cuanto más escribo, más quiero escribir.
Por supuesto, aparte de hacerme sentir plenamente feliz y regalarme momentos únicos de paz y tranquilidad en los que las letras vuelan de la punta de mis dedos al teclado del ordenador para llegar a vosotros, también han traído personas maravillosas a mi vida. 
Gracias a Nómadas en la noche y a redes sociales como Instagram he podido cruzarme en el camino con personas que aman las letras tanto como yo. Algunas de ellas ya son indispensables en mi vida, aunque nunca nos hayamos visto, y otras forman parte de mi día a día y estoy eternamente agradecida por ello.
Algunas de esas personas escriben, otras no. Parecidas y diferentes entre sí. Pero todas con un común denominador que nos une: nuestro amor por las letras. 

Como os dije el otro día, en esta parteII por el segundo aniversario de Nómadas en la noche, hay varias colaboraciones de personas que son maravillosas... Lo primero de todo, GRACIAS a todas ellas por haber querido estar hoy aquí celebrando conmigo este momento tan especial.
Ilustración Manuel Rocamora

Hoy, mis queridos Nómadas, quiero empezar con dos de ellas que están aquí desde el minuto cero. Dos mujeres a las que quiero en la distancia y las cuales son indispensables aquí. Porque han estado al pie del cañón desde el primer día. Porque siempre tengo su apoyo y sus bonitas palabras después de cada post. Porque aunque a una de ellas solo la haya visto un rato y a la otra no la haya visto nunca, son fundamentales en mi vida. Y porque todo lo bueno que les pase es poco, ya que se merecen lo mejor de lo mejor. Una de ellas es Paola y me emocionó cuando me envió esto... Y yo, solo puedo darle las gracias.

"No recuerdo como fue, pero un día me encontré esperando cada post de lady (así la recuerdo) Desde que empecé a leer sus letras me vi identificada en cada una de ellas, era como si supiera mi historia... Me volví su fan. Su manera sencilla y suave al utilizar palabras la hacía y hace diferente, tiene su propio estilo y eso la convierte en especial... Me la imaginaba de muchas maneras, pero siempre con ternura. Un día de otoño y lluvia fresca tuve la oportunidad de conocerla. Era casi mejor de lo que la imaginaba. No contaba con su sonrisa eterna, que contagia hasta al más serio. Fue un café muy agradable dónde intercambiamos nuestros sueños, nuestras historias, nuestra vida. Desde ese mismo día Irene es parte de mi familia. Todas sus alegrías y logros son también los míos. En cada post que leo la niña va creciendo como escritora. En mi maletín llevo siempre a su "hijo de papel" porque lo siento parte de mí. Y espero llenarlo de unos cuantos más. Ella sabe que los amigos, aunque no estén cerca, pueden sentirse al lado. Yo siempre le mando mi energía y mis ganas para que siga compartiendo su inspiración, seguir disfrutando de sus letras y que por muchos años más tengamos a Nómadas en la noche."

La otra, es Rita. Ella también es escritora y ha querido poner su granito de arena en este aniversario con sus maravillosos versos. Su talento podéis encontrarlo en Cosas que siento y aquí os dejo una muestra de ello, escrito para Nómadas. Gracias querida amiga.

Epicentro 

En la llanura de tu piel
he buscado mi epicentro,
me he perdido entre tus pliegues
y solo he encontrado mi aliento.

Rita. Para Nómadas En La Noche en su segundo aniversario.

¿Cómo no voy a emocionarme y estar agradecida al blog con todo lo bueno que me ha traído? Y, por si esto no fuese suficiente, la cosa no acaba aquí... Hay otras tres personas que también son indispensables para mí. Tres personas con un talento inmenso y el cual tengo la gran suerte de poder seguirlo de cerca. Ellos tres son Fernando de la Calle, Manuel Rocamora y Alba Artero. Dos escritores y un ilustrador. Los tres  forman parte de mi vida madrileña y no puedo estar más feliz por ello.

Con Fer he compartido tanto desde el principio que no puedo enumerarlo todo por aquí... Él, como siempre, ha querido estar presente y ser un Nómada más escribiendo estos maravillosos versos especialmente para la ocasión. Gracias de corazón.


Me ligas, te escondes.
Te busco, me encuentras.
Me asustas, te calmo.
Te tiemblo, me abrazas.

Me lloras, te beso.
Te canto, me bailas.
Me ríes, te pierdo.
Te olvido y me recuerdas.

Que no es más nómada
quien más mundo recorre...
Sino quien más hogar necesita.

A Alba la descubrí a través de sus maravillosos micro cuentos. Poco después la conocí en su primer recital. Y después de eso, vinieron nuestros desayunos, comidas y meriendas en cualquier rincón de la capital. Ella, como buena nómada, tampoco ha querido perderse este segundo aniversario y le ha hecho este regalo al blog. Por muchos más preciosa... Gracias!!

"Nómada, dícese de aquellas personas cuyo asentamiento definitivo no tiene cabida. Seres humanos que vuelan de lugar en lugar, sin miedo a lo nuevo. A los descubrimientos. Quedándose con lo mejor de cada lago, de cada estrella, de cada hogar. Perdiendo manías en las paredes antigüamente, en un folio en blanco en la actualidad.
Y la noche la magia de las conexiones, de los gin tonics, del cuerpo antes de dormir, de la mente dormida. De los sueños soñados, de los cumplidos se hace cargo la vida. La que hace de los nómadas en la noche, un libro sin fin.
Felicidades a todas las letras por tener la suerte de ser tocadas por ella. Feliz aniversario."

Ilustración Manuel Rocamora
Para terminar con estas colaboraciones tan increíbles y maravillosas tengo al mejor ilustrador del mundo. Manu le dio forma a mis distancias y vuelo a mis aviones de papel... Él está tan presente como yo en mi pequeño hijo "A un b[v]e[r]so de distancia" y tengo la suerte, de tenerlo también presente en mi día a día. Por supuesto él tenía que estar aquí, porque no podía ser de otra manera. Gracias por todo, no dejes de darle vida a la vida.

La verdad, no me quiero despedir. Después de esta semana tan bonita en la que Nómadas en la noche ha recibido tantas visitas y yo tantas felicitaciones, me da mucha pena que se acabe!! Pero lo más importante es que estos dos años son solo el comienzo. Aun quedan muchas historias por contar, muchos versos por escribir y muchas aventuras por vivir. Y, por supuesto, mis queridos Nómadas, os espero cada semana como hasta ahora para hacer volar estas letras llenas de cariño e ilusión. Sin vosotros esto no sería posible. Todos los que estáis ahí desde cada parte del mundo leyendo cada día formáis parte de esto tanto como yo... Gracias infinitas por hacer andar cada noche a mis nómadas y hacer del sueño una realidad.  Ahora empiezan las novedades llenas de ganas y con muchísima emoción. Para cualquier tipo de propuesta, colaboración, comentario o lo que queráis podéis escribirme a nomdasenlanoche@gmail.com yo estaré al otro lado y seré toda oídos ;))
Espero que disfrutéis este post leyéndolo, tanto como yo lo he hecho escribiéndolo. Cierro con unos versos míos dedicados y escritos para vosotros. Besos y abrazos infinitos. Ser felices y sonreír mucho. Por muchos años más mis queridos Nómadas... Let´s keep dreaming!! 

Hay lugares que me recuerdan al pasado.
A besos que aun no nos hemos dado.
A recuerdos que dimos por olvidados.

Caminos que todavía no tienen forma.
Tormentas de verano hasta el invierno dormidas. 
Cruces de miradas que acortan las distancias.

Pasos deshechos esperando su momento...
Nómadas en la noche,
que traen susurros en el viento.


Con amor, Irene Nómada.

lunes, 15 de febrero de 2016

Segundo aniversario. Parte I

Hay veces que me pongo a pensar en el momento exacto en el que escribí algo por primera vez... Me encantaría acordarme, aunque lamentablemente no es así. Sí que me acuerdo de los primeros libros que tuve, de la primera poesía que escribí, de mi primer cuento favorito, de la historia adolescente que me robó el corazón, de la primera novela que me emocionó... Y, por supuesto, del primer post que escribí aquí, en Nómadas en la noche, hace justo dos años.

Me parece increíble lo rápido que pasa el tiempo. Miro atrás y me veo en mi casa de Londres, preparando con mucho cariño lo primero que quise compartir aquí con vosotros, mis queridos Nómadas. Crear este espacio fue una ilusión que ha ido creciendo día a día y eso es gracias a todos vosotros por estar al otro lado leyendo cada semana. 

En este mes de febrero son muchas las celebraciones y quería hacer algo especial en este pequeño rincón que tantas alegrías me ha dado. Llevo un tiempo queriendo compartir con vosotros más cosas. Como por ejemplo mis libros favoritos, daros a conocer otros escritores, lugares a los que voy que me encantan... Así que he pensado hacer crecer un poco más mis alas nómadas  y de aquí en adelante habrá nuevos espacios. Después de dos años, al igual que el blog crece y evoluciona, yo también lo hago. Así que este segundo aniversario me ha parecido el momento perfecto para traer nuevas aventuras a Nómadas en la noche.

Han sido muchas las personas que me han acompañado desde mis primeros pasos Nómadas. Algunas de ellas en la distancia y otras desde muy cerca... Algunas a las que nunca he visto pero a las que considero parte de mi vida y otras con las que los encuentros y las risas forman parte del día a día. Este post especial va dedicado a todas esas personas. A las que conozco y a las que no. Y sobre todo, a todas las que han querido formar parte de él.
Porque hoy no voy a ser yo la que traiga historias y cosas que contaros, hoy varias de esas personas que de un modo u otro han estado ahí van a hacer posible este post.
Todas ellas únicas y especiales, con las cuales tenía que contar para la ocasión. Y como no quería dejar a ninguna fuera del tintero, este post se dividirá en dos partes... Esta semana tendremos letras por partida doble!! ;))

La primera,  tenía que ser de ella. Ahora está lejos, pero nuestra conexión es tan grande que la siento muy cerca. Nuestra relación ha ido creciendo con la distancia hasta límites incalculables y lo que ha escrito es tan bonito y maravilloso que cada vez que lo leo se me saltan las lágrimas. Un resumen de dos años hecho historia... La autora no podía ser otra que mi hermana Elena. Aquí os dejo su particular homenaje a Nómadas en la noche. GRACIAS.

PARA LA LUNÁTICA DE MI HERMANA, por Elena Esteve Abellán.

{Cuando caía el día cosía sus sueños despiertos para que no se escapasen mientras dormía} 

Querido Nómadas en la Noche, llegaste trayendo susurros en el viento un 15 de Febrero, llegaste para ser la memorabilia de la persona más maravillosa del mundo, por lo menos, para mí. Has sido, eres y serás el reflejo de sus cambios, de su crecimiento personal y profesional, dejándonos saborear los momentos.

Nos has mostrado su inquietud por viajar, por conocer, por descubrir, por coser letras y construir versos...al fin y al cabo nos has mostrado su espíritu nómada que te da nombre a ti, que provocó tu nacimiento y que me ha inspirado a mí para seguir sus pasos, para ser más valiente y parecerme un poco más a ella.

Y es que el arte corre por sus venas y era algo que tenía que salir. La prueba está en ti y tu hermano de papel, A un B(v)E(r)SO de distancia que tantas alegrías y momentos para celebrar nos ha dado, que le ha hecho alzar el vuelo y no dejar de volar.

Además has mostrado (y se que seguirás haciéndolo) una de las relaciones más bonitas que conozco, hablándonos de Ella… y de Él…, de sus paseos por el mundo ya sea París, Londres, Sevilla, Madrid o Nueva York y de cómo han ido evolucionando a un único beso de distancia.

Y aunque ella esté a kilómetros, siempre la has hecho volver a sus raíces, a sus orígenes, a su viento del este, a sus palmeras, a su sol, a su ciudad de los misterios, a su sonrisa pícara, divertida y contagiosa que a todo el mundo enamora.

Y es que lo que yo veo y lo que tú ves es lo mejor de ella, me has permitido conocerla aún mejor, ver de lo que es capaz, quererla aún más y que cada vez que me coma un melocotón lo haga con una sonrisa en la boca y acordándome de ella y sus preciosos relatos.

Por todo ello te quiero felicitar, por tus 2 años, porque el final del cuento no llega aquí, porque esto solo puede seguir creciendo, porque el viaje ha comenzado y ya nadie lo puede parar.

En mi hucha de deseos solo pondré aviones de papel en los que ponga muy grande “Por muchos más b(v)e(r)sos”.

Porque contigo es diferente
No nos da miedo
Lo que piense la gente.
[...]
Y aunque la vida nos ponga
en caminos separados,
Pase lo que pase,
Yo siempre estaré a tu lado.

Photography_Madeb


Para continuar e ir finalizando esta primera parte del segundo aniversario de Nómadas en la noche, cuento con la colaboración de otra persona fundamental en mi vida y de la que ya he publicado algún relato anteriormente. Él es el mejor compañero de viaje y de aventura que podía haber encontrado. Mis pasos nómadas tienen más sentido a su lado y su forma de escribir es tan única que cuando empiezas a leer te engancha desde la primera palabra. Él escribió el maravilloso prólogo de mi hijo de papel A un B[v]E[r]SO de distancia y gracias a su ayuda creé todo esto, así que nunca podré estar lo suficiente agradecida por todo lo que hace y ha hecho por mí. Aquí os dejo con el especial homenaje de Jose Lissen

"Hay puntos de encuentro que invitan a viajar. Es como ver una lista de destinos en la pantalla de un aeropuerto. Pasajeros hacia lo desconocido, dirijanse a la puerta numero dos, porque hace un par de años lo que era una declaracion de intenciones paso la aduana sin otra idea que la de volar. Os hablo ni mas ni menos que de ser nómada.

Este cuaderno de bitácora nos pone rumbo hacia emociones y sentimientos que van mas allá de las palabras. Porque la vida no está hecha para caminar en línea recta. Hay que saltar de verso en verso.

Siendo nomada se emprende un viaje en el que no hay adioses. 
Hay encuentros. Palabras que reflejan todos los caminos que recorremos en la vida.

Si la poesía te acompaña en este viaje, todo es posible. Podemos incluso, apreciar el olor del melocotón en invierno. Con eso basta. Cada paso es un recuerdo que completa una Memorabilia que no para de moverse.

Sigamos viajando. Sigamos siendo nómadas. "

Photography_Madeb

Gracias a los dos por esos pedazo de homenajes hacia mi mundo Nómada. Gracias también a la maravillosa fotógrafa y amiga Miriam, autora de las fotos de este post, que cuando le dije si quería formar parte del aniversario no se lo pensó ni un segundo. Una chica llena de arte que muestra el mundo a través de su objetivo. Podéis hacer vuestros encargos de sesiones fotográficas escribiéndole a miriamadb@gmail.com y seguir todos sus trabajos a través de sus redes sociales en Photography MADeB. No os perdáis su magia porque hipnotiza!!

Durante esta semana volveré con más colaboraciones para seguir celebrando estos dos años de sueños y letras... Amigos y escritores a los que quiero y admiro serán los protagonistas del próximo post!! Mientras, solo puedo agradeceros una y otra vez que sigáis ahí acompañándome en este viaje tan maravilloso y lleno de emociones... Let´s smile!! 

lunes, 1 de febrero de 2016

Simplemente, febrero

Hay veces que los días pasan volando y ni siquiera nos damos cuenta. El 2016 ha entrado con fuerza y lleno de ganas por todo lo que viene. Enero se ha ido en un abrir y cerrar de ojos y hoy doy la bienvenida a mi querido febrero. Un mes con muchos días especiales en el calendario y muy importante para mí.

Un mes lleno de celebraciones y momentos únicos... ¡y este año un poco más si cabe! Y es que la semana que viene Nómadas en la Noche y yo cumplimos años. Estoy preparando muchas sorpresas y novedades por aquí y espero que os gusten. Después de dos años, un pequeño cambio de aires siempre viene bien y este rincón tan mío en el que comparto tanto con todos vosotros, mis queridos Nómadas, vendrá cargado de nuevas emociones en su segundo aniversario.

Por mi parte, dejar la veintena es algo que me está dando mucho que pensar... Es increíble lo rápido que se me han pasado estos años. Todo lo que he hecho en esta última década y cómo ha cambiado mi vida. Estos diez años, de los veinte a los treinta, en los que he tomado decisiones muy importantes que han dado giros inesperados, en los que he conocido personas que ahora son parte de mi familia, en los que he viajado por todo el mundo, en los que he vivido en el extranjero, en los que me he independizado, en los que he hecho realidad muchos de mis grandes sueños... ¡Simplemente me quedo sin palabras! Siempre me ha encantado cumplir años, y estoy segura que este paso a la treintena me va a traer mejores cosas aun y lo espero todo con mucha emoción y unas ganas infinitas.

Después de un enero loco y primaveral, lleno de reencuentros con mi familia madrileña y paseos acompañados de mimosas por esta maravillosa ciudad, tenía muchas ganas de reunirme con vosotros. Un mes que ha estado lleno de letras y momentos geniales. Hace un par de semanas pude disfrutar de una fantástica entrevista para la revista digital La estación central en la que hablé, junto a Fernando de la Calle y Pau Albert, de The Edgar Allan Poets y de nuestros proyectos profesionales.

También he tenido la suerte de escribir junto a escritores que admiro muchísimo, como mi querida amiga Rita Turza, con la cual compuse una poesía que ella a publicado en su blog Cosas que siento. Os invito a pasear entre sus versos porque son una delicia.

Pero ahí no han quedado los intercambios de letras. Y es que he tenido el placer de escribir un poema maravilloso con el genial Diego Huacho (concursante de la segunda edicición de The Edgar Allan Poets) para el reto de esta semana del concurso.
Cuando coincides en el camino con personas como Diego todo es muy fácil y los versos fluyeron desde el primer momento. A los dos nos encanta el otoño, así que ese fue nuestro tema elegido para hacer volar nuestras letras y hoy quería compartir con vosotros el resultado de nuestra primera poesía juntos (porque estoy segura que habrá más)
Nuestro escrito surgió de uno de sus maravillosos microcuentos, que podéis leer en su blog Siempre es otoño, y el título que elegimos fue Siempre quiso ser abril. 

Espero que os guste y que lo disfrutéis tanto como nosotros hemos disfrutado escribiéndolo. Así doy la bienvenida a mi querido febrero... Entre letras, buena compañía, un cielo azul acompañando el día y muchas novedades a la vuelta de la esquina.
Gracias por estar ahí siempre y por hacer volar mis pensamientos muy lejos, sin vosotros nada de esto sería posible y yo no puedo estar más agradecida!! :))
Que tengáis un maravillo comienzo de semana y un feliz principio de mes... Simplemente, febrero, es un motivo para sonreír. B[v]E[r]SOS & abrazos infinitos... Let´s smile!!


SIEMPRE QUISO SER ABRIL

Desde aquel día, siempre vestía de otoño.
La suerte cambió sus vestidos de flores
por abrazos que nunca curaban el frío.
Por abrigos que sólo pesaban
sobre su sombra cuarteada.

Saltaba de charco en charco
y le salpicaba en las piernas el miedo.
Las tormentas, que un día agitaron sus sueños,
robaban la calma perdida a un calendario atrasado.

Miraba las puestas de sol apagada(s)
porque con cada atardecer
se alimentaba el rubor su mirada.
Buscaba en el hemisferio más cálido,
un fuego que no le quemara
y se cruzaba con sonrisas
convertidas en cenizas.

Le crujieron las hojas en las pestañas
y se le rompieron los suspiros en el pecho.
Una sensación rasgaba el corazón de su rutina.
La sensación de las ramas que se estiran,
como los huesos bajo la piel de los que sueñan,
para alargarse un poco más en primavera.

Aunque ella sólo se sentía caer y caer,
movida por un viento que agitaba fuerte sus tormentos
y los hacía volar.

Volar alto… Pero sin rumbo.

Convirtiendo caricias perdidas
en un huracán de recuerdos.
Recuerdos que quería olvidar,
dejándose llevar
hasta donde llegase su (lo)cura.

Contaba las horas para el próximo solsticio de su suerte,
y vagando por las estepas de un invierno malhumorado
se imaginaba surcando un cielo estrellado de preguntas.

Sus trópicos, delineados por su cuello y sus caderas,
guardaban la plenitud de un octubre hecha mujer.
Se había cansado de querer con la latitud equivocada.
De ver marchitar margaritas por un “sí” que nunca llega…

Estaba harta de hacer crujir las hojas,
que se (des)armaban a su paso.
Recordándole una y otra vez
que no era de nadie, que estaba igual de rota.
Porque ella sí quería tener algo a lo que aferrarse.

Quería confiar que ser caduca
no era más que una estación pasajera.
Que detrás de cada pétalo
no había sólo un “no”.

Y ya no quiso (re)leer ningún mapa
que le mostrase sus lágrimas navegando
en los puntos cardinales del (des)tiempo.

Que caminar perdida entre equinoccio y equinoccio,
era un viaje que no pintaría su fin.
Y es que, a pesar de la lluvia,
ella, siempre quiso ser abril.