domingo, 8 de mayo de 2016

Lluvia de burbujas

Hay veces que el tiempo pasa tan, tan, tan rápido que me quedo alucinando. Me gustaría exprimirlo al máximo y hacer todo lo que quiero hacer... Pero por desgracia, últimamente, es imposible.

Sin darme cuenta nos hemos metido de lleno en mayo y aunque abunden los días grises y lluviosos (que a mí, particularmente, me encantan) todo se ha llenado de color y huele a flores en cada rincón. Me encanta disfrutar estos días de lluvia en primavera.
Hace unas semanas, disfrutando un domingo sin prisa y relajado escribí el principio de un cuento. Un cuento para soñar y lleno de magia, que es como a mí me gustan. Hoy, con la tranquilidad sonando al ritmo que marca la lluvia he visto que era el día perfecto para terminarlo y compartirlo con vosotros.

Aunque ahora, mis queridos Nómadas, no pueda escribir todas las semanas, siempre estáis presentes en mi día a día. Ojalá pudiera retomar el ritmo por aquí y encontrarme más a menudo con todos vosotros, porque para mí estas son nuestras pequeñas reuniones. Pero en estos momentos, debido a mi rutina actual es más complicado... De todas formas lo importante es que estáis ahí y yo no puedo dejar de agradecéroslo. Además, no dejo de escribir y crear historias, porque es lo que me da la felicidad absoluta y seguiré por aquí mientras vosotros sigáis leyendo al otro lado. 

Sin más, espero que os guste este cuento tan especial, que paséis un estupendo domingo y que disfrutéis mucho de estos días lluviosos tan bonitos y con encanto antes de que llegue el calor asfixiante. Besos y abrazos mis queridos Nómadas, que nunca se pierda esa ilusión que hace que la realidad sea mágica... Let´s dream!!


LLUVIA DE BURBUJAS

Soplaba una brisa que hacía refrescar el ambiente, soleado y suave de primavera. Las hojas verdes, recién estrenadas, bailaban alegres al compás que marcaba la corriente.

Unos niños reían mientras corrían por el césped mojado. Un matrimonio mayor paseaba sin prisa por la orilla del río cogidos de la mano. Un grupo de jóvenes cantaba y tocaba la guitarra poniendo la banda sonora a aquella sobremesa llena de color, a la vez que una pareja reposaba tranquilamente bajo las sombras.

Él leía viajando a mundos lejanos y ella dejaba volar su imaginación junto a las burbujas de jabón a las que daba vida. Por mucho que creciera nunca había dejado de hacer burbujas... 
Le recordaban a su infancia y siempre le hacían sonreír trayéndole buenos pensamientos. Le maravillaba observar su luz, su particular brillo, su forma perfecta y llena de tantos colores como podía tener el arco iris. Le gustaba poder darles vida y admirar como su destino quedaba al azar del caprichoso viento.

Siempre había pensado que las llenaba de pequeñas dosis de felicidad y que cuando explotaban, esa felicidad quedaba en el ambiente para alegrar a aquellas personas que más la necesitaban.

Aquella tarde soplaba la brisa justa para hacerlas volar sin que se deshicieran al instante. Se quedaban como colgando de un hilo invisible mientas flotaban en el aire. Normalmente siempre las veía desaparecer, pero aquel día unas cuantas se alejaron y alejaron hasta que las perdió de vista. Se preguntó hasta donde podrían llegar y las imaginó viajando cada vez más y más lejos... Aquella joven no podía imaginar lo importantes que llegarían a ser aquellas burbujas.

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La pequeña Abril llevaba triste toda la semana, había perdido su juguete favorito. Y no era un juguete cualquiera, era una muñeca de trapo que le había hecho su abuela y sin la cual se sentía muy sola. Eran inseparables. No encontraba consuelo jugando con el resto de juguetes o con todas las carantoñas que su hermana le hiciera para animarla. Ella solo quería recuperar a su compañera de sueños y aventuras.

Aquel domingo, andaba desganada por la casa... Se asomaba al balcón con la esperanza de ver aparecer a su muñeca. De repente, algo llamó su atención y abrió los ojos como platos. Un grupo de burbujas se dirigía a ella y aunque normalmente lo primero que hacía cuando veía pompas de jabón era ir directa hacía ellas para explotarlas, en ese momento se quedó paralizada. Parecían tener magia, se quedaron flotando a su alrededor, como esperando que ella hiciese algo. Y después de muchos días, la niña sonrió.

Entonces, una a una, las burbujas fueron desapareciendo encima de ella, se posaban sobre su piel como si quisieran acariciarla, estaban fresquitas y le dejaban un rastro de brillo por encima. Abril se puso a saltar y dar vueltas mientras saltaba y gritaba de emoción. Nunca le había pasado algo tan bonito y tan mágico... Ni siquiera en su imaginación.

De esas burbujas nacían más y más y más. Parecía que estaba en un sueño toda rodeada de pompas de jabón. Llovían por todas partes. Levantó la cabeza mirando hacía arriba deseando que se quedaran ahí para siempre. Cerró los ojos durante un instante y cuando los abrió habían desaparecido todas dejando un destello de luz que se dirigía hacía el balcón, como si hubiesen marcado su camino de vuelta.

Y entones, como por arte de magia y creyendo que estaba viendo una alucinación, ahí estaba su querida muñeca. La cara de la pequeña se iluminó de felicidad y emoción, se le saltaban las lágrimas sin poder contenerlas. Ahora, mas que nunca, creía con todas sus fuerzas en la magia. Y es que tarde o temprano, cuando algo fuese mal, siempre podían comenzar a llover de nuevo sus pompas de jabón.


2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Eres un amor!! Intentaré sacar tiempo para estar a menudo...

      Ojalá vernos pronto!! Mil besos y abrazos amiga!! :))

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