martes, 9 de septiembre de 2014

Solo una noche.

Hay veces que nos gusta opinar y sacar conclusiones propias de situaciones ajenas a nosotros. De historias que ni siquiera sabemos cómo han pasado realmente... Bien porque nos las cuentan, porque nos enteramos por terceras personas, porque le pasan al amigo de un amigo... 

Vivimos en una sociedad en la que juzgar está a la orden del día y además nadie tiene pelos en la lengua a la hora de hacerlo. 

Y en mi opinión, queridos Nómadas, esto no tendría que ser así. Podemos darle un consejo, nuestra opinión, nuestra forma de ver las cosas a un amigo, un familiar, alguien de confianza... Pero de ahí, a lo que ahora se hace en general, me parece que es una barbaridad y que está totalmente fuera de lugar. 

Cuando suceden cosas en un entorno familiar, en una relación o en el círculo de amigos, solo los afectados e implicados en el tema son los que realmente saben qué ha pasado... 

Llevaba un tiempo con este relato en la cabeza dándome vueltas. No sabía cómo plantearlo ni desde qué punto de vista. Quería hacerlo lo más real posible, tratando temas como el amor, la homosexualidad, las infidelidades, los engaños, la confianza, el querer a una persona tal y como es... de la manera más auténtica posible, de tal forma que pudiéramos encontrarnos algo así en cualquier momento de nuestra vida.

Y bueno, después de unas semanas de locura, en las que escribir me evadían de la realidad, quedó así... Espero que os guste y que lo disfrutéis mucho, saboreando cada letra que hay en él... 

Este post estaba preparado para publicarlo anoche, pero me surgió algo muy especial que no podía perderme... Pronto habrá nuevo post contándoos TODO!! 

Últimamente no hacen más que pasarme cosas que me llenan de felicidad, tengo una agenda cargada de cosas bonitas que estoy deseando contaros, pero todo a su debido tiempo ;)) 

Feliz semana y no dejéis de sonreír ni un momento... 
Gracias por estar ahí y hacer que Nómadas en la noche sea un sueño hecho realidad!

Feliz día, no dejéis nunca de luchar por lo que queréis!!

Let´s read, let´s imagine, let´s dream!! 


SOLO UNA NOCHE

Mateo llegó exhausto a casa aquel caluroso día a finales de agosto. Parecía que el verano no quería irse, e intentaba agarrarse en cada rincón de la ciudad.

Luis había recogido todas sus cosas durante el mes de julio, mientras él estaba en la playa. Llevaban juntos doce años, cinco de ellos casados.
Cuando veía la casa sin sus cosas pero tan llena de sus recuerdos le era imposible no pensar cuando se conocieron, en aquella cena que organizó Fran, un febrero pintado de blanco, por su 30 cumpleaños.

Luis era amigo de un primo de Fran. Desde el primer momento, conectaron y supo que había algo entre ellos. Sus formas no lo decían, pero sí sus miradas. Aún así, Mateo fue cauto y no quiso decir nada, por si sus amigos no sabían que Luis era homosexual. Si hoy en día todavía hay prejuicios, doce años antes había muchos más.

Aquella fiesta fue genial e inolvidable... Después de la cena, ya entre copas, Mateo y Luis comenzaron a hablar. Mateo era arquitecto, aunque su gran pasión siempre había sido la escultura. Luis era diseñador de muebles y tenía su propio taller. Enseguida surgieron miles de conversaciones sin fin... Los dos se quedaron con ganas de más y se despidieron soltando las letras de su "adiós" poco a poco.

Todo lo demás vino sin pensarlo. Febrero se convirtió en su mes mágico. Y aunque fuera hacía frío, en sus miradas florecía la primavera.
Sus amigos se sorprendieron cuando se enteraron de la noticia, pero los veían tan felices que poco a poco se acostumbraron enseguida y se convirtieron en uno más en sus respectivos grupos.

Luis vivía en una buhardilla, pequeñita, pero muy acogedora, cerca de Lavapies. Mateo, por el contrario, vivía en un ático en pleno centro. Él siempre había estado muy bien posicionado económicamente, y tuvo la suerte de comprar el ático en el momento perfecto. Lo llenó de arte y rincones únicos que sus amigos fotografiaban siempre que iban a visitarlo.
Al año de estar juntos, Luis acabó mudándose allí y comenzaron su vida juntos.

Mateo siempre había vivido muy intensamente. Pero con Luis se relajó, y comenzó a cambiar sus (malos) hábitos. Luis le dio una estabilidad que Mateo nunca había conocido y consiguió quitar de su cabeza muchos fantasmas que habitaron sus pensamientos durante mucho tiempo.

Todo parecía perfecto en su aventura particular. Acudían a todo tipo de eventos, fiestas, inauguraciones, cenas con amigos... Se sentían tan unidos y compenetrados que no tardaron en hablar de casarse y tener hijos. Mateo nunca habría pensado que llegaría a tener ese tipo de vida.

De eso ya habían pasado doce años... De los mejores de su vida, con el hombre de sus sueños: su amigo, su compañero, su amante, su confidente... Y ahora él lo había tirado todo por un precipicio sin final. Sentía que su vida caía y caía sin tocar nunca el suelo...

Aquel mes de abril fue raro... Luis tenía que pasar todo el mes fuera de España, porque iba a una feria de muebles muy importante. Mateo pensaba ir con él. Pero le salió un trabajo que no podía dejar pasar.

¿Y sabéis eso que dicen que el libro de la vida está escrito y que todo lo que tenga que pasar pasará porque nadie puede hacer nada para cambiarlo?
A Mateo se le hacia el alma invisible solo de acordarse, de visualizar y revivir aquella noche.

Aquel mes de abril parecía destinado a dejar una huella imborrable en la relación de Mateo y Luis... Que cambiaría sus vidas para siempre.
Porque sólo una noche, sólo un momento, sólo un instante... Puede cambiarlo todo.

Mateo se quedó solo y, aunque le costase reconocerlo, una parte de él se sentía liberada... Era completamente feliz con Luis, pero a veces echaba de menos esos momentos de soledad consigo mismo, de salir a su aire, de no dar explicaciones...

Tuvo una comida importante con unos clientes con los que cerró un gran negocio. Tanto por una parte como por la otra todo eran sonrisas y palmaditas en la espalda de "Todo saldrá genial, vamos a triunfar, dejaremos huella.."

El día se le iba de las manos y se pintó de desenfreno. Los gyn tonic y otras sustancias fueron unos invitados más. Iban saltando de un local a otro, de una fiesta privada a otra escondida en alguna terraza... Mateo recordó sensaciones que creía olvidadas y vio lo rápido que se puede retroceder en el tiempo.

Todo lo demás lo recordaba como una historia difuminada en su recuerdo. Borrones de tinta China pasaban ante sus ojos mientras a la vez que lágrimas negras caían sobre la mesa... Mientras a su cabeza venía esa canción que tantas veces había escuchado antes: "Quién me ha robado el mes de abril... Como pudo, sucederme a mí..."

Mateo se encontraba raro, y no solo por los fantasmas que habitaban su cabeza de nuevo... Físicamente se sentía flojo, decaído, no era él.
Comenzó a tener miedo, a sentirse inseguro, a maldecirse una y otra vez.
Rezaba en silencio pidiendo que no fuera cierto... Pero el karma le haría pagar un precio demasiado caro por su sed de lujuria.
Luis no se enteró de nada de lo sucedido aquella noche... Hasta dos meses más tarde, cuando Mateo ya no tuvo fuerzas para ocultarlo más.
Y esas tres letras resonaban tan fuerte en su conciencia que ni siquiera podía caminar de lo mucho que le pesaban sus pasos...      VIH

Después fue como si un huracán pasara por su vida desbastándolo todo, dejándolo vacío, solo.

Mateo llegó exhausto a casa aquel caluroso día a finales de agosto...
Pero igual que una noche puede cambiar todo a peor destrozando tu vida para siempre, aquella noche, una estrella en el cielo rompió una lanza a su favor. Por el amor, por las ilusiones rotas remendadas con hilo gordo para que no se volviesen a romper. Por las segundas oportunidades...

Tocaron al timbre. Pero no de cualquier forma. Sino de esa que tantas veces había escuchado: un pitido largo y otro corto. Si alguna vez le preguntaran si el tiempo en su vida se había detenido, sin lugar a dudas, fue esa vez.
Abrió sin contestar, como siempre solía hacer. Contó hasta 22, si el ascensor estaba abajo, era lo que tardaría en subir.
Pasaron tantas cosas por su cabeza que no podría enumerarlas una por una.

Ellos.
         Ellos siempre.
                               Ellos antes.
                                                  Ellos ahora.

Y se puso a llorar cuando vio a Luis entrar por la puerta y fue a abrazarlo.
Hablaron, rieron, lloraron, escucharon, aprendieron, comprendieron... Y sobretodo se dieron cuenta que la vida el uno sin el otro estaba vacía y tenía menos sentido del que nunca habrían imaginado.

No sabían qué pasaría de ahora en adelante, cómo afrontarían lo que se les venía encima, hasta dónde llegarían sus fuerzas... Pero lo que sí sabían era que el camino juntos brillaba en todos los colores y que ya nunca más vivirían en blanco y negro.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. ¡Buenos días Rita!

      Cuánto me alegro que te haya gustado :))

      Mil besos para ti y feliz día guapa.

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