Traspasar murallas

Hay veces que no sé por dónde empezar… Y hoy es una de esas veces.

Sé que todos estáis revolucionados con la noticia que hemos recibido esta mañana sobre la abdicación del rey de nuestro país. Y por supuesto, lo entiendo.

Pero para mí cada dos de junio desde hace tres años es una fecha señalada por otro motivo...

Junio siempre ha sido, es y será un mes especial en mi family. Y no por un motivo en concreto, sino por muchos que os iré contando a lo largo de este mes.

En mi familia, no sé por qué, pero casi todas las cosas importantes pasan en junio. Sobre todo cosas buenas y alegres. Aunque desde hace unos años, se convirtió también en un mes triste…

La vida no es justa, y desde que el cáncer se ha convertido en algo que está a la orden del día, es aún menos justa.
Por desgracia, el cáncer es algo que siempre ha estado presente en mi familia. Y hemos vivido situaciones difíciles muy cercanas a nosotros.

Hace unos años, se coló sin avisar en alguien que era, es y será muy importante en mi vida.
Mis padres me tuvieron cuando eran muy jóvenes y mis abuelos siempre han sido como unos segundos padres para mi.

Junio, era su mes favorito. Y su vida quiso apagarse a principios de ese mes…
Todo fue muy rápido. Demasiado… No nos dio tiempo a asimilar lo que pasaba, ni siquiera a él…

Y me da igual que sean 40, 50, 60 o 70 años… Y con esto no malinterpretarme. Por supuesto, sé que una persona de 70 ha vivido más que una de 40. Y que cada día mueren miles de personas que no tendrían que morir.
Pero son personas igualmente. Personas con ganas de vivir, con el espíritu joven, alegre, despierto… VIVO.

Y yo me quedo con eso… Con esas ganas de vivir que eran dignas de admiración. Con ese ánimo inagotable que siempre lo acompañaba. Con su fuerza de querer seguir adelante a toda costa y pensar que se pondría bien hasta el último momento...

No puedo evitar llorar mientras escribo esto… Porque mucha gente puede decir que el tiempo lo cura todo. Y sí, en parte es cierto, porque hace unos meses atrás ni siquiera podría haberme planteado el escribir todo esto… Pero hay heridas que por mucho tiempo que pase, nunca terminan de cicatrizar.

Sé y estoy cien por cien segura que estaría tan, tan, tan feliz de saber que estoy aquí. De saber que al final decidí dar este paso y venirme al extranjero a vivir esta gran aventura… Estaría muy pero que muy orgulloso…

Nos llamaba Viejas de los Hilos a mí y a mi hermana jajajaja… Todos teníamos nuestros nombres especiales y, aunque nadie los entendiera, para nosotros son nuestros y mágicos.

Un día le escribí algo, y se quedó guardado en una de mis libretas, como muchas de las cosas que escribo… Hoy, mis queridos Nómadas, he querido rescatarlo.

Por él. Por ser un hombre increíble, único y especial.

Te quiero abuelo, y no hay un solo día desde que te fuiste que no me haya acordado de ti. Nunca dejaré de sonreír al recordarte. Las estrellas brillan más desde que estás entre ellas.

Feliz semana y feliz mes a tod@s mis Nómadas, miles de gracias por estar ahí!! 

Siempre tenía una sonrisa para mí, 

cada día una nueva caricia 

o algo nuevo por descubrir.

Miles de bromas y perrerías,

Pero él aguantaba y nunca reñía.

Nos ponía nombres raros que nadie entendía.

Siempre esperaba con su olor a café y a tabaco.

Saltábamos tejados para volar a su lado,

no importaba si el sol aún no estaba alto.

Inquietudes y ambiciones nunca te abandonaban,

algo que cada día 

transmitías e inculcabas. 

Siempre nos animaste a descubrir 

lo que había fuera,

a traspasar murallas y a romper cadenas. 

Aventurero y luchador hasta el final.

No nos querías abandonar,

aún te quedaba mucho por caminar. 

Y lo demostraste sin más,

esperando respirar al despertar...

Sin saber que tus pasos se perdían al andar.