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viernes, 11 de septiembre de 2015

MEMORABILIA

Hay veces que sin saber porqué, todo se complica. Algo que parece fácil o que creíamos que lo haríamos con los ojos cerrados, de repente puede torcerse y llevarnos a una situación difícil.
Puede que quizá seamos nosotros... Que a veces no sabemos controlar una situación y nos supera por mucho que intentemos mantenernos tranquilos y poco a poco llevar a cabo lo que tengamos que hacer. 

Soy de pensar que TODO tiene solución menos una cosa... El resto se puede solucionar de una forma u otra. Hoy es 11 de septiembre y supongo que todos nos acordamos de Nueva York y lo que pasó hace catorce años. Desde que conocí a mi amiga Leila en Londres siempre que vivo este día me acuerdo de ella. Por aquel entonces ella vivía en Nueva York y le tocó sufrir uno de los peores días de su vida... Recuerdo el momento en el que me contó cómo lo pasó y como tuvo que reaccionar a semejante atrocidad. Solo os puedo decir, mis queridos Nómadas, que lloramos mucho las dos. Afortunadamente tanto ella como los suyos salieron con vida y ahora lo ven como una pesadilla imborrable en sus recuerdos.

Los recuerdos... Esos momentos, situaciones vividas, alegrías, emociones, sensaciones que se quedan almacenados en nuestra memoria y forman parte de nosotros para siempre. Hay una palabra en inglés que me encanta (una de mis preferidas) y que en mi opinión lo define genial: MEMORABILIA, la definición exacta es "conjunto de recuerdos" y no se me ocurría un título mejor para el post de hoy, que viene con un relato lleno de segundas oportunidades, emociones y recuerdos.

Espero que paséis un feliz fin de semana... Gracias infinitas por estar al otro lado leyendo y acompañándome cada semana, sois GRANDES!! Besos llenos de versos... Let´s dream!!



MEMORABILIA 

Sofía trotaba con su nieta bajando las escaleras del metro, los años no pasaban en balde y el ritmo no podía ser el mismo de antes. Cuando era joven le encantaba ir corriendo a todas partes. Ahora apreciaba la tranquilidad al caminar observando cada detalle que se le ponía por delante...


Le había tocado volver a ser madre. Su hija trabajaba todo el día y ella tenía que ayudar como podía... Estaba recién jubilada y aunque su sueño era viajar por todo el mundo cuando esto sucediera, los tiempos de ahora estaban achuchaos' y había que adaptarse a la situación. Su marido murió hacía ya cinco años. El maldito cáncer se lo llevó en menos de seis meses y con él todas sus ilusiones...

Lo pasó mal. Muy mal. Haciéndose preguntas sin respuesta. Ella, que era creyente. Ella, que rezaba cada día e iba a misa todas las semanas. Ya no encontraba consuelo en nada porque ya no tenía donde buscar.
Después de unos años torturándose, decidió que no podía seguir así. Guardó todos sus recuerdos y comenzó a volver a vivir. Se apuntó a talleres de pintura, su vocación frustrada y también a clases de baile ya que le encantaba bailar desde que tenía uso de razón.
Su nieta, con 6 años, era una niña risueña y muy inteligente. Adoraba pasar tiempo con su abuela porque siempre le contaba las cosas de forma diferente. Y le encantaba ir en metro.

Aquel día (para no variar) iba lleno, pero dos paradas después de subir consiguieron sentarse. Poco después un hombre cargado de bolsas coincidió en el mismo vagón. Iba apoyado en una muleta y sus ojos reflejaban un dolor que intentaba ocultar su expresión amable.

Sofía enseguida levantó a su nieta de sus piernas e hizo un gesto para que el caballero se sentase. Él se quedó mirando a un lado y a otro como si se estuviese refiriendo a otra persona... Cuando se dio cuenta que se refería a él se sintió ofendido. Miguel no pasaba por el mejor de sus momentos, pero tampoco era para que una señora acompañada de una niña le cediera el sitio en el tren.
Llevaba jubilado cinco años y vivía a trote entre Madrid y su casa en la sierra. Le encantaba escaparse a saborear y disfrutar de la tranquilidad del pueblo. Últimamente la vida no le había sonreído mucho... Dos años atrás después de un accidente, tuvieron que amputarle media pierna. Pero nunca tiró la toalla y gran parte del día lo pasaba haciendo rehabilitación. Con el tiempo, además, se había acostumbrado a su prótesis y ya formaba parte de él.
Le daba miedo estar solo... Siempre fue un romántico y cuando su mujer y él se separaron se sintió el hombre más vulnerable del mundo. Siempre pensó que envecejerían juntos y había cosas que jamás podría borrar.

No sabia por qué, pero los ojos de Sofía le trajeron recuerdos felices. Casualmente bajaron en la misma parada y ella se ofreció a ayudarle con las bolsas que llevaba. El corazón de Miguel comenzó a bombear muy fuerte, tanto, que por un momento pensó que le daría un infarto.
Por alguna extraña razón los dos sentían como que se habían reencontrado después de mucho tiempo y que tenían muchas cosas por contarse.

Sofía tenía que dejar a su nieta y Miguel se ofreció a esperarla en una cafetería cercana para charlar un rato... Es curioso como a veces la vida puede poner a personas en tu camino que tarde o temprano tenían que estar. Ellos, que ya habían vivido sus vidas. Que habían criado, que habían trabajado, que habían luchado, que habían sufrido y que también habían aprendido a salir adelante en una época muy distinta de la que se habían criado...

Y ahí estaban. Con la emoción empapando sus ojos. El brillo iluminando sus sonrisas y unas ganas, que creían olvidadas, más viva que nunca. Vinieron muchos cafés después de ese. También vinieron sorpresas, flores, risas, caricias, abrazos, nuevas ilusiones y miles de besos discretos escondiendo mucha pasión.

Hicieron de su vida un recuerdo tras otro, un paseo eterno cogidos de la mano caminado hacía delante. Y aprendieron que nunca es tarde para conocer a alguien que te llene de felicidad en cualquier punto de tu vida, y sobre todo, que siempre puede volver a aparecer el amor haciéndote sentir más vivo que nunca y pudiendo llenar todo de nuevos y buenos recuerdos que te hagan volver a empezar...

FIN

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