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sábado, 26 de abril de 2014

Tiempo perdido



Hay veces que nos quejamos de que no tenemos tiempo para nada. Pero, sin darnos cuenta, somos nosotros mismos los que nos lo robamos.

Perdemos tiempo en las cosas que no son realmente importantes; con los móviles, tablets, ordenadores y todo lo que estos aparatos conllevan. 
Nos hemos enganchado a una sociedad que vive con mucho más de lo que necesita. Y cada vez apreciamos y valoramos menos las cosas auténticas y bonitas... Menos es más!!

Muchos días, mis queridos nómadas, observo a la gente, a las personas que andan de un sitio a otro, a los niños con sus padres... Y pienso que no me gustaría nada haber nacido ahora. Me alegro muchísimo de haber nacido en una década en la que la imaginación, jugar en la calle, saltar a la comba e intercambiar cartas de olor con mis amigas del cole era lo que estaba de moda. 

El tiempo que tenemos es muy valioso amigos míos. Un día estamos aquí, pero al siguiente nadie sabe qué puede pasar... Tenemos que saber aprovecharlo y exprimirlo todo lo que podamos. 

Yo "pierdo" mucho tiempo en el metro para ir de un sitio a otro cada día, así que siempre intento leer, escribir, escuchar música... Así disfruto mucho más cada viaje!
Esta poesía que os dejo hoy, por ejemplo, la he escrito en uno de eso viajes de casa al trabajo y del trabajo a casa. Y la verdad es que en cada camino dejo volar mi imaginación y lo intento capturar todo en alguna de las libretas que siempre llevo en el bolso. 

Aprovechad este maravilloso regalo que la vida nos hace cada día y no perdáis nunca el tiempo con alguien que no sepa ver lo bonito de compartir un café, un paseo al atardecer o una comida en el parque.  Rodearnos siempre de gente que valore vuestra presencia... Y si no, regalarles nuestra ausencia! 

CARPE DIEM... Vivid el momento, siempre!! 

Buenas noches y feliz fin de semana a tod@s... Let´s live!! 




El tiempo se deshacía en mi contra 
y tu te escurrías entre mis dedos. 
Pensaba que sería fácil ponerle remedio,
pero me vi contando horas entre lamentos 
y la necesidad día a día iba en aumento.

El tiempo perdía sentido
y seguía deshaciéndose sin rumbo.
Me quise anclar en tus caricias 
y resultaron ser espinas caminando...
Dulce dolor sentí en mis pasos
que me llevaron por el sendero equivocado.

El tiempo se nos echó encima
y el reloj quedó deshecho en nuestro suelo.
Creí que sería fácil arreglarlo,
pero no sirvió de nada tanto esfuerzo...
Mis ojos se perdieron esperando
y tu mirada cautiva borró el recuerdo.

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